Colonización de Asia
A diferencia de
África en el continente asiático la mayor parte de los países tenían una
organización política más fuerte que les permitió enfrentarse a las potencias
coloniales, e incluso convertirse en colonizadores, como en el caso de Japón.
Por otra parte, era
un continente mejor conocido por Europa desde la Edad Moderna, cuando se habían
iniciado algunas exploraciones y se habían establecido pequeñas colonias.
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La India colonial
británica.
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Reino Unido, a través de la
Compañía de las Indias Orientales, dominó en India de 1763 a 1857, año en el
que se reprodujo la rebelión de los Cypayos, tropas indígenas a servicio del
ejército británico. A partir de ese momento, la colonia pasó a ser administrada
directamente por el gobierno británico.
Para proteger la
India, conquistó los territorios situados al norte y al este, rivalizando con
Rusia y Francia. Así colonizó Birmania en 1886 y mantuvo el control de
Afganistán (1880) y el Tíbet (1904). Se anexo también, en creciente
rivalidad con Francia, Singapur y parte de Borneo (1895).
Francia, desde la
Conchinchina, ocupó el delta del Mekong como puerta de entrada a China. A
través de este río, ocuparon Annam, Tonkín y Laos, formando la Unión Indochina.
Las rivalidades de
las potencias en Asia enfrentaron también a Japón y Rusia por el control de
China, y a España y Estados Unidos por el dominio de Filipinas.
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Los Bóxers en la
China de final del siglo XIX.
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China no fue
colonizada pero, tras su derrota en la primera Guerra del Opio, tuvo que firmar
tratados desiguales con las potencias. Esto obligó al país a abrir casi todos
sus puertos al comercio internacional, así como a conceder permisos y arriendos
sobre territorios sobre los que pedían soberanía, como Hong Kong y Shangai.
Entre 1885 y 1911
finalizó el reparto del imperio Chino por parte de las potencias europeas y
Japón, tras el cual se adjudicaron diferentes zonas de influencia. La
explotación económica se intensificó con el arrendamiento de minas y control
del ferrocarril.
La apertura de China
a la economía capitalista provocó la crisis de la industria tradicional y dio
lugar a varias revueltas nacionalistas contra la injerencia extranjera, como la
Guerra de los Bóxers en 1900
Hay que tener en cuenta que esta zona, a diferencia de África,
está muy poblada, y ha tenido fuertes Estados desde la antigüedad, todos ellos
con una fuerte tradición cultural que choca con los usos y costumbres
occidentales.
Colonización de Africa
En la segunda mitad
del siglo XIX, exploradores y misioneros europeos recorrieron África con el fin
de llevar la cultura europea al continente. A partir de 1870 Gran Bretaña y
Francia se lanzaron a la conquista.
El objetivo de Gran Bretaña era dominar la fachada oriental del continente
africano, obteniendo en su empeño algunos de los mejores territorios, zonas
ricas en productos minerales como oro o diamantes.
Francia, por su parte, dominó la zona norte (Marruecos, Túnez y Argelia) y
extendió sus dominios hacia Sudán, donde acabó enfrentándose a los británicos.
A esto se sumó la acción del rey de Bélgica Leopoldo II, que inició la
exploración de la zona del Congo. También Alemania se instaló en África
central.

En 1885, el canciller alemán Bismarck convocó una Conferencia Internacional a
la que asistieron 14 países europeos. En la Conferencia se elaboró un acta que
estipulaba algunas condiciones para la expansión colonial en África: se
garantizaba la libre circulación por los ríos Níger y Congo, y se establecían
principios para ocupar los territorios africanos.
En años posteriores otros Estados europeos penetraron en África. A los
franceses e ingleses se añadieron los intereses de los alemanes, establecidos
en el África negra, y de los portugueses, que ocuparon Angola, Mozambique y
Guinea-Bissau. Italia y España también pugnaron por conseguir pequeños
territorios. El choque entre intereses se hizo inevitable, y pronto empezaron
los enfrentamientos entre diferentes países.
En el siglo
XIX el capitalismo y la revolución industrial se asentaron en Europa y necesitaban expandirse en busca de
regiones que les proporcionaran materias primas y mercados. Apareció el colonialismo como
doctrina de desarrollo. Todo gran país debe tener un imperio colonial, tal y
como lo conciben los ingleses. Los imperios de la Edad
Moderna no sólo explotaban el territorio, sino que
pretendían establecerse en él de manera definitiva, pasaban a formar parte de
la corona. Pero los imperios de la revolución industrial pretendían sólo
explotar el territorio. Se trata de sacar materias primas de las regiones no
desarrolladas y exportar los productos elaborados a estas mismas regiones, con
un valor añadido muy superior. Claro que no se tuvo en cuenta que en estas
regiones no hay capitales con que comprarlos. Las regiones no desarrolladas se
convirtieron en subdesarrolladas. Se buscaron principalmente productos agrarios
y mineros.
Entre los países
europeos comenzó una carrera por el dominio de África, y del mundo.
Esta carrera tuvo su expresión en la Conferencia de Berlín de 1884-1885, en la que los países
europeos se repartieron África.
África era un
territorio prácticamente desconocido. Su exploración sería toda una aventura
geográfica de descubrimiento. El río, por excelencia, que comunicará a Europa
con el interior del continente sería el río
Congo. En el río Congo
habría una fuerte competencia entre Bélgica y Francia por el dominio del paso al interior. Livingstone, Stanley y Savorgnan de Brazza fueron los exploradores que dieron a
conocer este río al mundo occidental.
Inglaterra pretendía parte del territorio del sur. Portugal hizo valer sus derechos en el
continente, puesto que tenía factorías, desde antiguo, en las costas angoleñas. Incluso España intentó la penetración en el interior
del continente, desde la costa de Guinea. Alemania se aseguró la parte occidental del
territorio en la Conferencia de Berlín de 1884, en la que se estableció la libertad
de navegación por los ríos de África.
El Congo no dependía del Estado belga, sino del
Rey Leopoldo II, ya que se considera patrimonio del Rey y no
del Estado.
Colonización de Oceanía
La ocupación y
colonización de Oceanía fueron tardías. La exploracion
geográfica de dicha región, dispersa en multitud de islas y archipiélagos, se
inicia durante el siglo XVII y se completa entre finales del siglo
XVIII y comienzos del siglo
XIX.
Australia tuvo diversos caracteres a lo largo del siglo XIX: fue primero
colonia penitenciaria desde 1778, con jurisdicción militar, para pasar
entre 1823-30 a una administración civil con base
económica en la ganadería y en la repoblación agraria. La primera base inglesa
fue Sydney; fue creada
como una colonia penal en 1778. La colonización del resto del
continente prosiguió lentamente y sin un plan preciso.
Entre los años
1842-1851 se fueron estableciendo instituciones representativas de los colonos
y adquirió importancia la mineria con el descubrimiento de yacimientos de oro
en 1851. Al mismo tiempo se desarrolló una conciencia nacional que se manifestó
en la formación de autogobiernos en los distintos estados-colonias australianos
hacia 1870.
Nueva
Zelanda fue descubierta por A. Tasman en 1642.
Comenzó igualmente a ser colonizada entre finales del siglo XVIII y principios
del XIX, con los iniciales asentamientos de colonos y misioneros británicos que
se relacionaron y entraron en conflicto con la población indígena maorí. En 1769 había llegado a las islas James
Cook y en 1826 comienzan a instalarse los primeros
colonos, hasta 1830, cuando ya existe una considerable colonia de europeos.
Con esto podemos deducir que las colonizaciones de Asia, Africa y Oceania fueron tanto de lucha como de estrategias de combinar muchos tipo de de charla a la hora de tratados.